Sobre la experiencia de dirigir Pelucas (AEM)

Sobre Teatro en Pequeño Formato

Teatro en Pequeño Formato es una inicitiva de Flavia Gresores y Christian Wansidler. Es un taller de montaje de obras cortas por y para jóvenes.

Se convocan obras de teatro escritas en la juventud. Las seleccionadas se montan en el taller, donde los alumnos asumimos los roles que implican montar una obra: dirección, vestuario, escenografía, actuación.
Comenzamos con una indagación del texto: ¿qué se dice? ¿qué sabemos? ¿qué sugiere? ¿qué deja entrever? ¿cuál es la acción dramática, cuál es la reflexión, cuál es el sentido que desarrolla?
En base a las respuestas que como grupo nos damos a esa indagación vamos conformando una idea de puesta: personajes, vestuario, escenografía, espacio.

Sobre Pelucas
El texto fundante fue presentado por Giuliana Kiersz en la convocatoria, como trabajo en proceso. Se trataba de una idea futurista muy potente que refería a un grupo de chicas en un búnker de resistencia contra un gobierno opresor, en el momento en que se enteran de que están siendo vigiladas y, quizás, traicionadas.
A lo largo de la instancia de indagación, lo improvisamos, reflexionamos, reescribimos, hasta conformarse "Pelucas", la obra que montamos y que es coescritura de Giuliana Kiersz y Alejandro Escaño Manzano.
El texto es una propuesta futurista algo desopilante: una sociedad de mujeres que obliga a las ciudadanas a ser rubias drogadictas, eficientes, prolijas y "democráticas". La obra transcurre en un búnker de resistencia, donde siete chicas fundan "Pelucas", un lugar donde se puede ser ineficiente, desprolija y creativa. Sin embargo, tres de ellas son atrapadas por el gobierno, una ha muerto y las otras dos "están confesando", de modo que es inminente que vengan a matarlas. Ellas deben decidir: se toman las drogas que reparte el gobierno, o esperan la muerte. A su vez, sospechan que ente ellas hay una infiltrada.

Sobre la experiencia de dirigir Pelucas (AEM)
Era la primera vez que dirigía un trabajo, y tenía escasa idea de cómo hacerlo. Por la naturaleza del texto, que se presentaba como trabajo en proceso, los primeros meses intentamos fundar la historia improvisando o generando dinámicas. En más de una ocasión llegamos al más rotundo aburrimiento, a improvisaciones laberínticas, a estrellarnos una y otra vez con búsquedas imposibles. Era un garrón. Parecía que se nos había ocurrido algo buenísimo, y terminaba siendo algo parecido a una parodia de Gran Hermano.
Pero la idea nos gustaba mucho. Un grupo de mujeres encerradas, que eran obligadas a luchar contra un afuera opresivo que las obligaba a empastarse y a ser rubias. Era cuestión de ponerle onda.
El verdadero vuelco surgió cuando encontramos la canción "En Pelucas se baila así". Ya teníamos un adentro.
Reconocimos que el afuera no era muy distinto de nuestro afuera: un mundo que nos obliga a ser eficientes, medidos, prolijos y "libres". Libres de elegir entre lo malo y lo peor. Libres de elegir entre el café, el alcohol, las pastillas, o internet. Tan libres de elegir, que hasta podemos elegir entre De Narvaez y Kirchner, entre la narcodemocracia y la ¿petroleodemocracia, juegodemocracia?. Frente a ese afuera, una forma de resistir era bailar. O gritar "en pelucas se ordena así", mientras los personajes desordenan. La libertad es simple.
Después el problema era otro. ¿Cómo darle coherencia a todo eso? Desde el vestuario, la disposición en el espacio. ¿Cómo caracterizar a cada personaje? Teníamos a la que resiste, la que lucha, la que abandona, la que traiciona, la ausente. La experiencia me generó cierta apertura mental, porque siempre me acercaba a las obras por su guión y actuación, ahora veo que el sentido se construye con sonido, imagen actuación y palabras.
Y el montaje fue fácil porque las actrices son unas bestias. Actúan genial. Y son hermosas. (Hay que resistir la tentación de hacer de eso "el" atractivo, aunque si quieren venir a verla por eso, está bien, porque de verdad están muy buenas).
También es la primera vez que hacemos un blog.