HOTEL PRIMAVERA

Un presentador perdido en el tiempo que no puede evitar su acto de presentar, de relatar, nos guía por los pasillos de un hotel en ruinas que inspiró a Casona para escribir “Prohibido suicidarse en primavera”. Un aguantadero de almas en pena en el cual, al parecer, lo único que oyen es su propia voz y toman las palabras del dramaturgo como ley.
Un grupo de seres inspirados en dibujos animados con la estética de Tim Burton: seres desolados que se juntan, en un acto de profunda nostalgia. No sabemos si tienen o no motivos para dejar de vivir, pero están ahí, pululando como moscas psicopateadas por una idea macabra. Se deciden y se arrepienten. Una noche agitada que precede a un espectáculo "que quita las ganas" de vivir, especialmente diseñado como técnica de inducción al suicidio. Una exposición brutal de tristeza poética.
La obra es fundamentalmente una investigación de procedimientos teatrales y de intensidad de actuación. No tiene una clara voluntad narrativa, si de organización para que pueda ser visto y disfrutado.
Los internos forman parte de un coro monótono y triste: Pequeñas historias que forman parte de un todo que, sin darnos cuenta, se vuelve coherente
Varias habitaciones y espacios juegan el rol importante de inspirar al suicidio, incluso ayudarlo. Un bosque, un lago, una cabina telefónica, la puerta de entrada; cualquier lugar aquí es propicio para tomar esa decisión. Pero al parecer nada los tienta. Es cuestión de apostar a algo más eficiente, tal vez una excusa externa, un espectáculo a la medianoche, justo antes de la primavera.
Una apuesta al trabajo actoral y estético, una prueba sobre la simultaneidad de espacios y sobre como fundar este complejo laberinto (hotel) solo planteado como una planta escenografita o una vista de obra (arquitectónica), el resto es ilusión provocada por la actuación.
Un recorrido por los imaginarios pasillos y la intimidad de la soledad misma, que al mezclarlos logra emocionar sin pretensiones de perturbar.

¿Qué es lo que más me gusta de mi espectáculo?
Los personajes: Su dualidad… ¡Son tan crípticos! Son caricaturas, dibujitos animados, arlequines, personajes que escaparon de otras obras, o de alguna película vieja.
El mundo y la situación: Estar situados en una casa de suicidios perfectamente preparada, en la cual los personajes disponen de los insumos para poder suicidarse (o inducir el suicidio) dispara situaciones extrañas, divertidas y un poco macabras a la vez. Es de un humor muy fuerte y muy profundo. Este mundo, más que nada, es ese lugar armado dentro de nosotros, la casa que creamos como el medio para poder expresar un sentimiento.
La distribución del espacio: Es algo genial trabajar con la simultaneidad del espacio, al no haber “paredes” le da otra entidad a lo que estamos haciendo. Da mucho lugar a la imaginación, generar la fantasía de ver qué es lo que hacen los otros cuando yo estoy haciendo cualquier cosa típica de mi día… o no tan típica.

Subrayar un momento especial del texto dramático que trabajaron

No podemos señalar un momento particular de un texto que aun esta en proceso. Pero si un breve párrafo, escrito por uno de los actores, que sirvió de premisa para construir, improvisar las situaciones que están conformando “la obra”.

“Maquinas alimentan su tormento y despojan su cobardía para que puedan curarse; porque nada les causa encanto ni atractivo, no les importa su nombre ni su suerte, están muriendo vivos y es su única pasión… la de la muerte.”


MATERIAL – CARPETA PRESENTADA POR LA COMPAÑÍA SINCOPE,
CON SU TRABAJO “HOTEL PRIMAVERA”

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